Resonancias del Mensaje del Grial 2

de Abdrushin


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16. Los planes espirituales VI

Evoco hoy nuevamente, ante la visión de vuestro espíritu, el cuadro de la Creación primordial, conforme os di hasta ahora. Vedes tras Parsival los primeros cuatro primordialmente criados, que ocupan el más alto de los siete escalones existentes en el puro espiritual: Od-shi-mat-no-ke, Leilak, el León y Merkur.

En el escalón siguiente mencioné tres primordialmente criadas femeninas: Johanna, Cella, Josepha, y un poco más lejos, en el tercer escalón o plan, Vasitha, como guardiana vigorosa.

Con eso torné conocidos, en sus especies básicas, tres escalones o planes de la Creación primordial más elevada. Pero antes de ampliar y ensanchar el cuadro, quiero mencionar básicamente todavía los otros cuatro escalones, pues son siete escalones o divisiones principales en el puro espiritual que denomino Creación primordial, como también existen más adelante, en las materias, siete partes del Universo.

Encontraréis en todos los lugares la división por siete, como hecho natural, donde actúa la voluntad de Dios, la cual también tiene en su propio nombre el numero siete: Imanuel.

Ingresemos ahora en el cuarto escalón de los reinos del puro espiritual.

Encantadora Luz, infinitamente benéfica, perfluye ese plan maravilloso, que se extiende en distancias brillantes, como un inmenso mar, claro como cristal.

Semejante a una isla surge en ese fluctuante tejer un lugar luminoso de las más admirables rosas. Agradecido jubilo prepasa las terrazas, que, formando una colina radiosa de indecible belleza, conceden riqueza perfecta en colores, que fuerza la mirada más exigente hacia una absorta adoración. Irradiando bendición, los colores vibran en su más delicado resplandor, formando encantadores jardines, para que sirvan de fuente de toda la esperanza y de toda la vida.

Es como si toda la femineidad humana tuviese aquí su origen: pues aquí puede ser encontrada desde el niño más pequeño hasta la mujer totalmente desabrochada, incluso en todos los colores de la piel que la Creación acoge.

Sin embargo, no se trata de los espíritus, que más tarde alcanzan la encarnación en las Creaciones. Se trata, sí, de puntos de partida de irradiaciones, que en la especie determinada de la Isla de las Rosas actúan por sobre la femineidad humana de la Creación, como auxilio para su desenvolvimiento en todas las peregrinaciones a través de las materias; niños actúan por sobre niños, en acuerdo al porte, especie e incluso color; y adultos actúan por sobre aquellos adultos que se asemejan a sus formas, en acuerdo al porte de los espíritus que están madurando.

Los portes de los cuerpos en la Isla de las Rosas son, por lo tanto, un equivalente a la diversidad de los respectivos grados de maduración de aquellos espíritus humanos que pueden se desenvolver poco a poco de los gérmenes, en las peregrinaciones a través de las materias, para una plena conciencia.

Por eso en la Isla de las Rosas, en el puro espiritual, también existe todo lo que se repite más tarde en las materias, como una copia o también como imitaciones.

En la realidad, en todas las partes del Universo, es, luego, la repetición, en acuerdo a la ley, de todo lo que ya existe en el puro espiritual, porque nunca puede ser diferente en la simplicidad y clareza de las leyes divinas, incomprensibles para los seres humanos. Se repite por eso, en el espiritual, precisamente todo cuanto ya se realizó en el puro espiritual.

También en el puro espiritual todo lo que, en la cercanía de la presión poderosa del núcleo inenteal, no pudo formarse inmediatamente para la autoconciencia tampoco allá mantenerse, salió, sí, de la parte superior de la Creación primordial, pasó por Vasitha rumbo a una distancia mayor, a un plan siguiente, para mantenerse en un mayor enfriamiento y con eso poder alcanzar la autoconciencia. En el medio de eso se hallan también gérmenes del puro espiritual, que ya en el cuarto escalón de enfriamiento se desenvuelven para el estado conciente, como, por lo tanto, aquí en la Isla de las Rosas.

Si yo hablo en escalones de la Creación o planes, eso significa escalones de enfriamiento, pues ninguna otra cosa hace surgir escalones, los cuales, en lugar de escalones de enfriamiento, también pueden ser nombrados escalones de distancia; en la realidad, debido a eso, también según las nociones terrenas, son escalones o graduaciones.

¡A causa de eso encontramos, por lo tanto, en la Isla de las Rosas, por la primera vez, bajando desde arriba hacia abajo, niños y desenvolvimiento en el puro espiritual! Es importante para vosotros que lo sepan, porque significa un grande sector de la Creación.

Primero se encuentran, pues, en los escalones superiores del puro espiritual aquellos quienes pudieron tornarse autoconscientes inmediatamente, por lo tanto los más fuertes y con eso los más poderosos, las columnas; en seguida se siguen en los escalones más lejanos aquellos quienes todavía pueden desenvolverse en el puro espiritual. Por eso encontramos ahí, por la primera vez, niños puro-espirituales.

En el siguiente grande sector de la Creación, en el espiritual, que es un poco más débil de lo que el puro espiritual, porque puede tornarse conciente solamente en distancia aún mayor del núcleo inenteal de Parsival, se repite el proceso precisamente como se pasó en la Creación primordial.

Primero se tornan inmediatamente concientes las partes más fuertes del espiritual, mientras las otras tienen que ser impelidas hacia distancias aún mayores, a fin de que puedan madurar en desenvolvimiento lento hacia la autoconciencia.

¡También ahí existen, por lo tanto, sólo en los escalones referentes a los gérmenes espirituales, niños espirituales, que pueden crecer para mayor madurez espiritual o también permanecer niños, pues los gérmenes espirituales que no alcanzan plena madurez, es decir, no se tornan adultos espiritualmente, no son aniquilados tampoco rechazados, mientras permanezcan puros!

Esto es un punto que yo todavía no he mencionado. Permanecen niños espiritualmente e irradian como tales sobre niños, hasta que, poco a poco, maduran finalmente y se tornan adultos. Aquello que es puro, nunca podrá caer en la descomposición.

Todavía una cosa quiero mencionar aquí. ¡El puro espiritual en esa Creación no es acaso la parte más fuerte y el espiritual la parte más débil de una especie totalmente igual, pero sí el espiritual es una especie completamente diferente del puro espiritual!

Ambas las especies tienen en si una parte más fuerte y una parte más débil. El espiritual es, sí, un sedimento del puro espiritual, únicamente por ser de especie diferente, la cual, por esa razón, puede desprenderse y sólo en distancias mayores del núcleo luminoso inenteal de Parsival formarse. Si fuese de especie igual, el puro espiritual no habría pasado adelante esa especie igual; al contrario, la habría asegurado según la ley de atracción de la igual especie, aunque si debido a ello ella no pudiese formarse concientemente.

Mientras más lejos voy en mis aclaraciones, más tengo que extender la estructura de la Creación. Con eso se modifica una u otra imagen que habéis formado hasta ahora, pero ellas sólo se dividen siempre en más y más imágenes, sin que la verdadera imagen básica haya que ser cambiada de alguna forma.

Esto es como en la narración de un gran viaje. Si primeramente sólo son reproducidas, una tras otra, las principales vivencias, luego se presenta un cuadro aparentemente muy diverso de aquél en que se intercalan una tras otra todas las vivencias intermediarias aisladas, aunque el viaje en si permanece inalterado.

Sin embargo, volvamos nuevamente para la Isla de las Rosas.

En el alto de la isla brilla en una irradiación rosada un maravilloso Templo. ¡Todo aquél que lo avista siente paz en el corazón y el pecho casi rompe de felicidad!

Y en esa paz, en el melodioso tintinear de los colores, se mezcla el canto jubiloso de pájaros mansos, que brillan en cada movimiento, como si fuesen clavados de brillantes aumentando aún más la maravilla circunyacente.

La expresión humana bienaventuranza es demasiado débil para comprimir apenas aproximadamente en una forma la maravilla de Luz allí reinante, a fin de que pueda tornarse comprensible al espíritu humano terreno. Y por sobre todo paira una sagrada majestad.

Iguales a copas de rubí, florecen rosas rojas ampliamente abiertas alrededor del Templo.

¡Isla de las Rosas! El anclaje del amor de Dios para la Creación. ¡En esa isla actúa y teje la estructura básica del amor que cura, que une, que equilibra, y que de allí se irradia hacia el Universo! La isla se halla bajo la protección de la Reina primordial Elisabeth, como todo lo femenino en la Creación entera.

María baja, muchas veces, bajo protección de la Reina primordial Elisabeth, para esa isla y visita el Templo, a fin de otorgar directamente siempre fuerzas nuevas a las que sirven en la isla, las cuales, como intermediarias, transforman tal fuerza en su especie y después la envían para auxilio de todas las criaturas.

Y esa isla elevada, maravillosa, será un dia también la morada de espíritus humanos femeninos, que aquí en la Tierra fueran llamados al servicio de María y para eso elegidos. Si cumplan fielmente su servicio en la Tierra, ellos despertarán, tras la muerte terrena, radiantes en la Isla de las Rosas, para un dia allá seguir sirviendo a la Rosa por toda la eternidad.

En determinadas épocas su visión se amplia aún más y ellas divisan Parsival, a su lado María e Irmingard, en el Supremo Templo del Grial. Recibiendo directamente desde su fuerza, como sagrada realización de bienaventuradas promesas.

En la misma altura de aquel plan surge además una segunda isla, proveniente desde la tejedura de la Luz. ¡La Isla de los Lirios!

Igual que en la Isla de las Rosas, las rosas florecen en ardiente esplendor, así irradian aquí predominantemente solamente los lirios, en inenarrable pureza, por distancias inmensas. También aquí sube bajo forma de terrazas hasta una elevación, donde existe un Templo.

En ese Templo hay un brillo fascinante, que se iguala al delicado relucir de perolas, presentando, sin embargo, al mismo tiempo, un brillo rosado, que se extiende con rigurosa severidad por sobre la isla, igual que una benéfica frescura del mar. A quien sea permitido avistar ese Templo, a él la contemplación siempre forzará a una humildad devocional, pues brilla con rigurosa severidad, con luminosa frescura se extiende la soberbia serenidad de la pureza, que, refrescando, fortaleciendo, penetra en los espíritus, impulsándolos hacia la adoración libertadora de la sublimidad divina.

¡También aquí todo surgió con una belleza inconcebible para los seres humanos, también aquí vibra maravillosa melodía, que se eleva para el Criador como una oración viva de gratitud, resonando eternamente en alabanza a Él!

También aquí la soberana es la Reina primordial Elisabeth, e Irmingard, el lirio puro, baja, en muy determinadas épocas, bajo su protección, a la isla, a fin de renovar la fuerza de la pureza para aquellas que allá sirven y que, transformándola, la irradian hacia fuera, para conforto y elevación de todas las criaturas.

Los habitantes de la Isla de los Lirios pertenecen también, como los de la Isla de las Rosas, exclusivamente, a la femineidad. Y aquí nuevamente están representados todos los portes, también todos los colores que, sin embargo, poseen dentro de si naturalmente también el brillo resplandeciente de la pureza, no presentando los colores opacos de los seres humanos.

También aquí reina solamente lo que es constructivo, en acuerdo a la voluntad de Dios, precisamente como en la Isla de las Rosas; sin embargo, en la Isla de los Lirios lo constructivo es de otra especie, es exigente debido a la pureza y a la justicia, requiriendo severamente, de modo inflexible.

La femineidad que en la Tierra sirve a Irmingard, el lirio puro, despertará, si servir fielmente, tras la muerte terrena, en la Isla de los Lirios, para seguir sirviendo allá por toda la eternidad, para muchas veces estar unida con Irmingard.

Como en la Isla de las Rosas, aquellas que sirven en la Isla de los Lirios también avistan en determinadas épocas Parsival y reciben su fuerza.

Y una tercera isla más se eleva desde el plan de Luz del cuarto escalón del puro espiritual. ¡Es la Isla de los Cisnes!

Produce frutas deliciosas, que son consumidas por las vírgenes de los cisnes que ahí viven. Aquí se concentran las irradiaciones de las Islas de las Rosas y de los Lirios, y son retransmitidas para las Creaciones, inalterablemente, en un servir ejemplar.

Por esa razón, la Isla de los Cisnes podría ser llamada también isla o confluencia del servir ejemplar, del servir altruista. ¡Aquí el servir es difundido y elevado con lo más puro amor!

Los habitantes de la Isla de los Cisnes no son espíritus, sino seres ejecutantes, que actúan uniendo la Isla de las Rosas y la Isla de los Lirios.

Conforme su especie encantadora, tales seres vibran bienaventuradamente en las irradiaciones inmediatas de la Isla de las Rosas y de la Isla de los Lirios y, con su manera particular de servir ejemplarmente con lo más puro amor, dan a las irradiaciones del amor y de la pureza una ligazón intima y, aunque ligadas, las retransmiten inalteradamente.

¡Guardiana responsable por la Isla de los Cisnes es Schwanhild! Schwanhild es responsable ante la Reina primordial Elisabeth, la cual también es la protectora y la soberana de la Isla de los Cisnes. Esa responsabilidad otorga a Schwanhild fuerza redoblada y una existencia más elevada.

Del mismo modo como las vírgenes de los cisnes, ella usa un vestido fluctuante que se ajusta, como pelusa de cisne, de modo refulgente al cuerpo, que en sus proporciones armoniosas supera la imaginación de todos los artistas terrenos.

Las vírgenes de los cisnes tienen, como particularidad, ojos solamente azules y como ornamento de cabeza usan una estrella azul brillante. Se distinguen especialmente por su canto maravilloso y conmovedor, y vibran en la armonía de los sonidos que fluyen hacia bajo, para todas las partes de la Creación.

La adoración de las vírgenes de los cisnes se expresa en el Templo de los Cisnes por medio de su canto cautivante, acompañado suavemente por acordes maravillosos de arpa. Por eso la armonía de los sonidos constituye también una parte del elemento de la vida de cada virgen de la Isla de los Cisnes. Ellas viven en eso, vibran alegremente en las olas de los sonidos puros, sorbiéndolos como bebida vital, que les proporciona una actividad llena de alegría.

Desde ese canto especialmente conmovedor de las vírgenes de los cisnes la noticia ya penetró hacia abajo, en la materia. Producto de ello todavía hoy se habla, aquí y allá, de un canto del cisne, que, debido a su particularidad, actúa de modo conmovedor. Como siempre, también aquí quedó conservada solamente una parte de los antiguos mensajes, habiendo sido torcidos por el raciocinio y materializados.

Ahora también se tornará comprensible a muchos entre vosotros, por qué motivo, en la época de las realizaciones más sagradas en la Tierra, cuando la rosa y el lirio están en la Tierra, se torna necesaria, como argolla de ligazón, a fin de no dejar ninguna laguna en el vibrar, una virgen de los cisnes de la Isla de los Cisnes en un cuerpo terreno para eso preparado.

¡Tan grande es la gracia de Dios, que Él deja surgir milagro tras milagro, para que el auxilio a la humanidad en el Reino del Milenio sea enteramente perfecto!

Inclinaos humildemente ante Su grande bondad.

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