Expliqué el primer circulo de los primordialmente criados alrededor de Parsival, es decir, todavía no lo expliqué, sino solamente hablé de ellos.
Antes que sigamos, tengo que describir algunas cosas más pormenorizadamente, al contrario os hará falta algo para el circulo del grande vibrar y no podréis tornarlo vivo en vosotros. Sin lagunas tiene que ser todo, aunque sólo os pueda ser dado en imágenes. Por ese motivo sólo podemos proseguir vagarosamente.
En virtud de eso tenemos que nos detener una vez más junto a los primeros primordialmente criados, que mencioné en mi ultima disertación. Son las columnas más fuertes para las Creaciones y dentro de ellas.
Y una vez más tengo que subir hasta la cercanía más inmediata de Dios, si, además, si pueda hablar de cercanía, pues no existe nada que se pueda decir que esté en la cercanía de Dios, midiéndose la cercanía según la noción terrena.
Incluso la mayor distancia que existe en las nociones humanas todavía no alcanza para dar aproximadamente una imagen de aquella distancia que se quiere denominar como la cercanía inmediata de Dios.
Es infinitamente más lejos, pues aquello que puede ser nombrado como verdadera cercanía de Dios es un mar ondulante de llamas, todavía sin posibilidades de formación.
Por lo tanto, utilizo aquí solamente la expresión, para la designación de “cercanía”, y no el concepto. En ese cercanía, en los escalones del trueno, que son planes enteros, se hallan los cuatro animales en su especie de vibración totalmente singular.
La Reina primordial Elisabeth no puede ser inserida en cualquier gradación, pues ella es completamente independiente, y a través de ella el lirio puro.
Los arcángeles, por su parte, son de una otra especie de la irradiación inmediata de Dios, diferente de los cuatro animales. Las especies se separan en su formación. Se puede decir también: la formación es la separación, pues es un acontecimiento automático y vivo.
Queremos hablar hoy solamente de los cuatro animales. ¡Esos animales traen en si las condiciones preliminares para la Creación! Ellos encierran en si, por lo tanto, todas las irradiaciones concentradas de que las Creaciones necesitan para adquirir formas, para que se constituyan.
Por eso reposa en esos animales ya la base para la Creación. Cuatro animales, que forman un cuadrado en los escalones del trueno de Dios, sorbiendo y asimilando todas las irradiaciones criadoras de Dios. Es decir, ellos no forman solamente un cuadrado, sino son el cuadrado de la Creación o el cuadrado del circulo de la Creación que se sigue.
No quiero detenerme demasiado en esto, pero sí solamente mencionar ligeramente lo que hoy todavía es esencial para nosotros, a fin de explicar la conexión del cuadrado de los animales con la Creación.
El cuadrado de los animales, o mejor dicho, “entes”, encierra, por lo tanto, todo cuanto las Creaciones necesitan, es para eso el primer punto de concentración de las irradiaciones del trígono de Dios, de la trinidad divina ubicada encima de él.
A través de la Reina primordial pasan irradiaciones muy diferentes, como incluso otras, por su parte, pasan a través de los arcángeles.
Solamente ese cuadrado de cuatro entes tiene, por lo tanto, relación inmediata, desde arriba hacia abajo, con el circulo de la Creación que se sigue, estando ligado a él. Todo lo demás, que tiene su patria en el plan de las irradiaciones divinas y por eso fue y es eterno, se inclina, para todo lo que fue criado, solamente auxiliando, irguiendo, beneficiando, en el vibrar del amor divino, que para ellos es absolutamente natural. Sin embargo, no se hallan firmemente ligados con la Creación. Ligado a ella está solamente el cuadrado de los cuatro animales.
¡En esta delgada diferenciación yace mucho! Grabadlo, por lo tanto, de modo especial en vosotros. Mucha, muchísima cosa, debido a ello, se tornará más clara y que hasta aquí os permanecía incomprensible.
De los cuatro entes alados sapientes en los escalones del trueno de Dios, que son: ¡el Carnero, el Toro, el León y la Águila, el Carnero es aquél ente que tiene semblante humano, pues el Carnero encierra en si el espiritual de la Creación, de lo cual los seres humanos en la Creación se forman y desenvuelven!
Esto también se relaciona con la expresión: el cordero de Dios y la herida que él tiene, pues muestra en si lógicamente la herida del fallar y de la decadencia de los espíritus humanos en la Creación, por qué desde él se originaron, aunque no directamente, sino indirectamente. Lo que fluye del espiritual humano no sale desde la Creación pulsando armoniosamente de vuelta, pero si es retenido en las materias, porque mucha culpa pende en él.
Amplio con eso, un poco más, el campo del saber para vosotros. Pero no desvía nada de lo que pudisteis saber hasta ahora, pues, sin embargo, todo permanece y vibra en perfecto acuerdo con el nuevo, aunque algo en el primer momento no parezca ser así.
Ahora quiero pasar para los pormenores. Parsival ultrapasó el límite de la irradiación inmediata de la trinidad de Dios, por lo tanto, pasó el limite del plan divino.
Con eso llevó la irradiación desde su núcleo inenteal de Dios hacia fuera y luego irradió más allá del plan divino, como una pequeña parte de Imanuel, hacia el vacío sin Luz, iluminando, calentando, haciendo todo moverse y conservarse en movimiento, por ser la fuente de la vida.
Se formaron inmediatamente, en distancia adecuada, las primeras cuatro columnas de las Creaciones, en una especie de ligazón que contiene todo cuanto es necesario a la Creación. No son formados como los entes en los escalones del trueno de Dios, sino tienen forma humana, sin embargo son de un porte completamente inconcebible para la noción humana.
¡Permaneciendo ante Parsival, como caballeros del Grial, por lo tanto como poderosos guardianes y fieles vigías del bien confiado por Dios en Parsival, el sagrado receptáculo de Su parte inenteal, ellos cumplen simultáneamente los efectos de los cuatro entes en los escalones del trueno!
Son las siguientes sus especies en la actividad para las Creaciones:
1. Od-shi-mat-no-ke: ¡la figura ideal del espiritual humano, inaccesible a otros, por que es perfecto! Por eso se evidencia como un soberano real. Trae en si únicamente la especie del Carnero, por lo tanto, actúa conforme la especie de éste en la Creación primordial; se podría decir que el Carnero está anclado en él.
2. Leilak: la figura ideal del coraje y de la fuerza del hombre. Trae en si una ligazón de las especies del Carnero y del Toro, presentando por eso la forma espiritual humana.
3. El León: la figura ideal del heroísmo y de la inabalable fidelidad masculina. Trae en si la ligazón del Carnero con el León.
4. Merkur: el soberano de todas las fuerzas de los elementos. Trae en si la ligazón del Carnero con la Águila.
Todos los cuatro primordialmente criados, al lado de las otras especies que se manifiestan, tienen que estar unidos básicamente al Carnero, porque son espirituales y concientes, propiedades ancladas en el Carnero.
Igual que los cuatro entes, en los escalones del trueno, son las columnas y los guardias poderosos en el divino, naturalmente afuera de la divinidad inenteal, de la misma forma los cuatro primordialmente criados del primero circulo alrededor de Parsival, en el puro espiritual de la Creación primordial, son las columnas y los guardias poderosos, cuya actividad conjunta resulta en una completa unión, irradiando todo cuanto es necesario para la Creación.
La vivificación de esas radiaciones viene del núcleo de Luz de Parsival, de cuya irradiación se pudieron formar, como las primeras columnas básicas necesarias, que al mismo tiempo son los guardianes más poderosos del santuario.
No es fácil os explicar tal grandeza y movilidad, configurarla en imágenes fijas para vosotros, pues la realidad no es fija, pero si está en constante movimiento fluente, en movimiento que recibe, irradia, retrae y nuevamente regresa a Parsival. Todo sin interrupción, simultáneamente. Ya eso no lo sois capaces de imaginar.
En esos cuatro primeros primordialmente criados se hallan concentradas, por lo tanto, todas las fuerzas criadoras que fluyen desde Parsival, unidas y fortalecidas por las mismas especies de irradiación de los cuatro animales; son conservadas por la Luz viva de Parsival en movimiento propulsor o impulsor y guiadas por la voluntad de los primordialmente criados.
¡Tal vez logréis imaginar de esa forma un proceso, que más se acerque a la verdad, cuando expresado con palabras terrenas!
Asegurad primero firmemente eso, lo inculcando en vosotros, igual como lo formé en palabras terrenas.
¡No saltéis nuevamente con vuestros pensamientos tampoco os preguntéis dónde está, pues, el femenino, que, según mis disertaciones anteriores, siempre debe estar medio escalón arriba! ¡No os preocupéis dónde está María e Irmingard, quienes, sin embargo, no pueden estar más abajo de lo que los primordialmente criados! Tampoco aquí existe alguna laguna, sino todo está coordenado precisamente.
Los cuatro primordialmente criados ya citados son, antes de todo, las columnas principales de la construcción de la Creación, y a partir de ellas sigue luego hacia bajo, o hacia mayores distancias, según las explicaciones sobre la Creación por mi ya dadas, pues esos cuatro traen en si todas las fuerzas de la Creación reunidas, mientras que todos los demás son auxiliares.
Doy ahí también primero solamente la línea recta hacia bajo, que conduce a vosotros, espíritus humanos desenvueltos, y dejo al margen todas las ramificaciones, ni siquiera las mencionando; así también Loherangrin, por ejemplo, por no ser ningún punto de partida de una irradiación, que actúe en la Creación formando de modo incisivo. Más tarde aún volveré a ello. ¡Primero doy los puntos de apoyo en la construcción de la Creación!
María, en todo eso, ni siquiera entra en cogitación; de la misma forma Irmingard. Venidas desde el alto, ellas se encuentran, sí, ancladas en las Creaciones, pero no están firmemente ligadas a ellas. En eso yace nuevamente una gran diferencia.
A pesar de los anclajes, no están ligadas a ellas, pero sí enteramente libres de ellas y de sus corrientes. Las corrientes de la Creación pueden, a través de esos anclajes, acercarse de ellas, de manera que se tornen claramente reconocibles, pero nunca logran penetrar en ellas, pues para ello hace falta la necesaria ligazón.
¡María e Irmingard actúan sin que pueda ser ejercida acción por sobre ellas! Actúan ayudando y irguiendo, fortificando, purificando, curando o también rechazando, pero no se ligan en sus irradiaciones con la Creación. ¡Poned mucha atención en eso!
María vino si desde el inenteal como una parte del amor de Dios, que es Jesús, y como una parte de Imanuel para una sagrada unión. ¡Ella nada tiene que ver con la femineidad, como tal, pero se encuentra, como amor de Dios, ante toda la humanidad!
La femineidad de la Creación, como tal, se relaciona solamente a Irmingard. Y ésta vino hacia el Supremo Templo del Grial, en la Creación primordial, bajando desde el plan divino, y tomó pose de un envoltorio puro espiritual, que ya estaba preparado para ella.
Sin tomar en consideración el hecho de que en ella se ancló, por un acto de la voluntad de Dios, una centella inenteal, a fin de que Imanuel pudiese actuar ahora como trinidad en toda la Creación. La trinidad de la inentealidad de Imanuel en la Creación es: Parsival – María – Irmingard, como justicia, amor y pureza. Imanuel, como Hijo de Dios, actúa, por lo tanto, en la Creación, en su inentealidad en ultima y santísima realización, ahora para siempre en la Creación simultáneamente en Parsival, María e Irmingard, en cuanto, a pesar de eso, permanece en la trinidad divina como la sagrada voluntad de Dios.
Eso es un renovado acto de amor, que Dios realizó para ayuda y mayor protección de aquella humanidad que sobrevivirá al Juicio Final, a fin de que la Creación no tenga que sufrir entonces nuevamente daño por la debilidad de los espíritus humanos.
Por lo tanto, no os confundís con desnecesario pensar. ¡Hablo ahora solamente de la Creación primordial emanada desde Parsival! A ella no pertenecen María tampoco Irmingard, sin embargo ellas actúan allá, igual que Parsival, según sus especies.
Tras las cuatro columnas constituidas por los primordialmente criados, se halla un segundo circulo, un poco más alejado, digamos, pensando de modo terrenal, medio escalón más alejado. Ese segundo arco o plan es llenado por la actuación de las tres primordialmente criadas femeninas: Johanna, Cella, Josepha.
Pero no debéis imaginar que esas primordialmente criadas se encuentran paradas simplemente en un arco, pero sí ellas actúan conforme sus especies singulares en grandes jardines o planes, que surgen alrededor de ellas y a través de ellas, conjuntamente con muchos entes auxiliadores y habitantes de la Creación primordial, los cuales vibran y actúan en la misma especie y alrededor de cada uno de esos guías primordialmente criados femeninos y masculinos.
De esa manera, en el sequito de cada uno de los cuatro primeros primordialmente criados se encuentra un gran numero de caballeros, y en lo de las primordialmente criadas femeninas un gran numero de colaboradores femeninas.
Pero no debemos detenernos en ello mientras tanto, al contrario el cuadro que os quiero dar se extenderá a distancias inmensas, no más comprensibles para vosotros.
Quiero hoy solamente mencionar, superficialmente, de qué manera la actuación de las tres primordialmente criadas femeninas vibra, penetrando en la Creación entera por medio de su irradiación.
Cada una tiene una actuación especial, y, sin embargo, la actuación de las tres se engrana de tal manera, que puede parecer casi una sólo. Mal se reconoce un límite ahí. Puramente femenina es la actuación, de la cual ellas son las personificaciones ideales.
Primeramente Johanna: en palabras determinadas no se puede expresar su actuación, pues con eso se disminuiría pronto la noción. ¡Por eso quiero decir, en pocas palabras, que se refiere al hogar! Tornar el hogar acogedor, atractivo, armonioso. ¡Sin embargo, el hogar en el sentido amplio y no solamente como una pequeña morada de seres humanos terrenos!
Ésta, además, también está incluida, pues la actuación se manifiesta tanto en las cosas grandes como en las pequeñas, sí, incluso en las cosas mínimas, pero aquí se trata del hecho en si y no solamente de una pequeña forma de ello.
Por ejemplo, también la intuición de bien aventurada ligazón con el suelo patrio, que puede inflamar pueblos enteros hacia el más sincero entusiasmo, cuando un enemigo codicioso busca atacarlo.
Yo podría mencionar millares de cosas, sin embargo aún así jamás reconoceríais la verdadera grandeza que reside en la actuación de Johanna, y que ella busca inculcar, también en cada espíritu humano, como legado sagrado, capaz de elevarlo hacia las alturas y de concederle firme apoyo. Y tal legado es dado en primera línea a la femineidad, por eso reposa en ella muchas veces el destino de un pueblo entero.
La actuación de Cella no es de naturaliza menos delicada. ¡Ella planta cuidadosamente en el espiritual el respecto silencioso ante el desenvolvimiento de la maternidad! Con toda la intangibilidad y grandeza que reside en eso. ¡De la manera más sublime y con respetuoso temor, que en tal proximidad se evidencia por todos que todavía tienen espíritu puro!
Josepha prepara la base para que los envoltorios, es decir, los cuerpos, sean respetados, como un bien confiado por la gracia de Dios, y tratados como corresponden. ¡Naturalmente no sólo los cuerpos terrenos, sino todos los envoltorios de la Creación, que son dados siempre, en primera línea, para auxiliar el desenvolvimiento del núcleo espiritual o enteal, y que, como tales, también tienen que ser considerados siempre como pureza!
También envoltorios enfermos contribuyen para el desenvolvimiento de ese núcleo, que en envoltorio sano tal vez no alcanzase tan deprisa el despertar.
La actuación de Josepha corresponde a de las otras y es igualmente importante en los caminos de todas las peregrinaciones por la Creación. Se trata de condiciones básicas para un madurar normal, deseado por Dios, de todas las criaturas en las Creaciones. Ellas traspasan todo, como que con hilos delicadísimos, y se muestran en sus efectos en las formas más diversas, pues son móviles, no pronunciados reposando sin forma en el espíritu. Todo eso impele e impulsa, pero sólo puede ser comprendido derecho, y alanzar una realización benéfica, con la intuición.
Si la capacidad de la intuición esté obstruida por el dominio del raciocinio, consecuentemente se abre también un abismo entre todos los servidores quienes actúan en la Creación primordial según la voluntad de Dios, produciendo con ello forzosamente la perturbación de las vibraciones necesarias de la Creación.
La actividad irradiante de las tres primordialmente criadas Johanna, Cella y Josepha es un trabajo conjunto, grande, básico, entrelazado y, sin embargo, separado.
Sigamos ahora, nuevamente, medio escalón adelante, lo que naturalmente significa, en la realidad, distancias que para vosotros parecen inimaginables. Allá encontramos nuevamente una primordialmente criada: Vasitha.
Ella es la guardiana vigorosa de la salida de la parte más elevada y más pura de la Creación primordial, en cuyo ápice, irradiando majestad y paz, se yergue el maravilloso Supremo Templo del Santo Grial.
Con Vasitha y su ambiente se cierra la parte superior de la Creación primordial. Ella está en el portal y señala para todo el espiritual, que tiene que proseguir debido a la necesidad de su propio desenvolvimiento, el camino hacia fuera, rumbo al puente, que es igual a un gigantesco arco-iris, y que traspasa abismos profundos en dirección a aquellas regiones que necesitaron de un mayor enfriamiento y distanciamiento de la Luz de Dios, a fin de que puedan tornarse concientes para una existencia propia, a fin de que se formen dentro de ellas y desabrochen en floración perfecta.
Allá se halla Vasitha, señalando con la lanza, mientras su mirada aguzada prepasa examinadora todo lo que no es capaz de permanecer en la primera parte de la Creación primordial, habiendo entonces que pasar por ella. ¡Su palabra indicadora da fuerza y escolta fiel a todos!
Así parten los que pueden formarse como criados, conjuntamente con aquellos que todavía quedan indolentes en el ultimo sedimento, y tienen que seguir primero el camino del desenvolvimiento lento, a fin de que puedan tornarse concientes de su existencia. ¡Parten para distancias inconmensurables, con la nostalgia de la Luz de Dios!
Haced todavía, finalizando, un breve resumen de lo que fue dicho:
El camino de las irradiaciones del trígono de Dios para la Creación, y con ello naturalmente para todos los seres humanos, pasa por el cuadrado de los cuatro animales, conocidos hasta ahora por vosotros solamente de nombre, y que se encuentran en los escalones del trueno. Los cuatro primeros primordialmente criados de la Creación traen en si esas irradiaciones de los animales; ellos forman, por lo tanto, para el circular de la Creación, el cuadrado en el puro espiritual. El circulo de la Creación es, luego, impulsado y mantenido en constante movimiento por la fuerza de la Luz, que actúa de modo vivo, proveniente desde el núcleo inenteal de Parsival.
Dejad este cuadro básico firmemente anclado en vosotros, para que yo, ampliando las descripciones, pueda juntar imagen con imagen, a fin de aumentar vuestro saber, sin que vuestra visión se confunda con eso. ¡Lograréis, si queráis!