Resonancias del Mensaje del Grial 2

de Abdrushin


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Contenido


27. Visión general de la Creación

Muchos lectores todavía no hicieron una imagen clara de las gradaciones entre los primordialmente criados, los criados y los desenvueltos.

En muchas concepciones a ese respecto todavía se percibe una gran confusión. Y, sin embargo, todo es muy sencillo.

La confusión surge apenas porque el ser humano mezcla un poco las expresiones y presta muy poca atención a los límites bien definidos.

Por eso es mejor que él imagine la Creación hasta ahora explicada, en sus gradaciones, simplemente conforme sigue:

1. La parte puro espiritual

2. La parte espiritual

3. La parte material

A tal respecto puede también ser dicho:

1. La Creación primordial

2. La Creación

3. La Creación posterior

Desde ahí resulta automáticamente el pensamiento de que en la Creación primordial se encuentran los primordialmente creados, en la Creación, los criados y en la Creación posterior, los desenvueltos.

Esto en si no está designado erradamente, si se quiera mencionar la Creación entera solamente en largos trazos; entrando en pormenores, sin embargo, la separación tiene que ser más definida, aunque nada se altere en las expresiones básicas.

En las explicaciones más detalladas se presentan además muchos escalones intermediarios, que no pueden ser contornados, a fin de que sea proporcionada una imagen sin lagunas.

Quiero hoy dejar de mencionar una parte enteal, porque de cualquier manera el enteal existe en todas las partes, sólo que entre la parte espiritual y material todavía se encuentra una grande capa enteal de carácter especial, que, sin embargo, no necesita ser considerada como una parte de la Creación por si, pues esa capa existe, en su actuar, en primera línea para el movimiento, y con eso para el calentamiento y formación de las materias, no constituyendo, por esa razón, una parte aislada de la Creación.

Como parte de la Creación, esa capa enteal no necesita ser mencionada, pero sí como una especie de la Creación, que, impulsando y formando, pertenece a la parte material de la Creación.

Hablo intencionalmente de las bases de la Creación hasta ahora explicada, pues todavía estoy que haber terminado con eso, y con el tiempo tendré que ampliar mucho más aún todo cuanto ya fue dicho hasta ahora, como ya lo hice siempre poco a poco. Ahí se hace necesario intercalar nuevas divisiones entre el hasta entonces explicado, ampliando así vuestra visión. Decir todo de una sola vez habría sido demasiado para el espíritu humano. Incluso en esa manera por mi preparada él todavía tendrá que emplear toda la fuerza, a fin de que pueda adquirir razonablemente uno saber de eso.

Hablemos hoy, pues, no de Creación primordial, de Creación tampoco de Creación posterior, sino simple y fundamentalmente de la parte puro espiritual, espiritual y material. Así el ser humano no más podrá provocar confusión tan fácilmente.

Yo incluso, sin embargo, tuve que mencionar todas las denominaciones posibles, a fin de que éstas puedan ser utilizadas para separaciones más definidas de las gradaciones.

Ellas deben penetrar poco a poco, y siempre de modo más nítido y definido, en el saber humano y, sin embargo la variedad, no más deben producir confusiones.

Como primera y más fuerte en la Creación viene, por lo tanto, la parte puro espiritual de la Creación. Esta se compone de dos divisiones básicas. La división superior, más elevada, del reino puro espiritual encierra los primordialmente criados propiamente dichos, los cuales surgieron de inmediato, plenamente maduros, desde las irradiaciones de Parsival, no necesitando ningún desenvolvimiento. Esta división alcanza hasta Vasitha, cuya actuación se efectiva desde el límite hacia abajo.

La segunda división encierra desenvueltos en el puro espiritual. Por eso son encontrados allá también por la primera vez niños, que no aparecen en la división superior, pues niños sólo pueden existir allá donde se procesa un desenvolvimiento.

Ambas las divisiones, sin embargo, tienen en común el puro espiritual. ¡Sin embargo, solamente la división superior puede ser nombrada Creación primordial en el sentido cierto, y los espíritus primordiales que allá se encuentran pueden ser considerados como verdaderos criados en el puro espiritual!

Con eso desdoblo un poco más la Creación, para mejor comprensión del espíritu humano de la Creación posterior.

No podemos, por lo tanto, hablar propiamente de una Creación primordial que, hacia abajo, alcanza hasta Patmos, así como hicimos hasta ahora a causa de la mayor simplicidad, pero sí, encarando más precisamente, necesitamos ya aquí hablar de una Creación primordial superior, que surgió plenamente madura, y, en la secuencia, de una Creación puro espiritual desenvuelta, mientras ambas las divisiones juntas forman el reino puro espiritual o la parte puro espiritual de la Creación.

Puro espiritual o reino puro espiritual es, por lo tanto, el grande nombre colectivo de la parte suprema de la Creación, imaginada como especie de la Creación, mientras la denominación Creación primordial, en el sentido más apurado, sólo corresponde a la parte superior de aquella.

Si, pues, queramos seguir penetrando en el saber de la Creación, luego no más debemos considerar, como hasta ahora, puro espiritual y Creación primordial como uno sólo concepto.

La Creación primordial es, sí, puro espiritual, pero existe además en el puro espiritual también un mundo donde ocurre desenvolvimiento, que se encuentra abajo de la Creación primordial propiamente dicha, resultando, junto con ella, el reino puro espiritual, en lo cual, por lo tanto, existen espíritus del puro espiritual que, sin transición, pudieron inmediatamente estar plenamente maduros, constituyendo los más fuertes y más poderosos, siguiéndose después los espíritus desenvueltos en el puro espiritual, que tienen que iniciar su existencia como niño.

La primera división, la Creación primordial, incluye tres escalones principales o planes; la segunda división del reino puro espiritual, cuatro; en conjunto, por lo tanto, siete escalones básicos que, por su parte, se dividen en muchas ramificaciones.

No tuve la intención de avanzar tanto en mis explicaciones, nombré, por eso, las disertaciones al respeto de hasta ahora simplemente “Los planes espirituales”, y quise presentar en ellas todo lo que no era material.

Como menciono ahora más detalles, debo dar a las disertaciones sobre el reino puro espiritual de hasta ahora, los títulos más focales, “Del reino puro espiritual de la Creación”, para mejor destacar las diferencias.

Tras ese reino puro espiritual, conteniendo tantas divisiones, se sigue el grande reino espiritual.

El espiritual no es acaso una especie más débil proveniente del puro espiritual, pero sí una especie extraña al puro espiritual, que, de cualquier modo, es en si más débil y, por eso, necesita de mayor distancia de la Luz primordial para poder formarse y en parte tornarse conciente.

Por eso él baja aún más, a fin de que pueda formar un reino más alejado de la Luz, pero no hace parte del puro espiritual, y sí existe por si.

Todo es fácil y evidente, y, sin embargo, difícil de decir, a fin de introducir los espíritus humanos en un saber que se halla encima de su origen. Y, sin embargo, tenéis ahora que comprender las conexiones de todos los acontecimientos, a fin de que no balanceéis como un pendiente ignorante en el circular de esta Creación, como esquilas disonantes de un peón, porque no conseguís seguir cuales niños creyentes.

La expresión “¡Tornaos como los niños!” no queréis cumplir, y así resta para vuestra salvación, como ultimo de todos los auxilios, solamente aquel único camino: ¡el saber de la Creación!

De ella tenéis que tener por lo menos tanto conocimiento, que quedéis capacitados a que os ajustéis al vibrar consonante a las leyes, que irguiendo, os eleva consigo o, destruyendo, os lanza afuera, para lejos, como paja, en la descomposición.

¡Actualmente el vibrar está reforzado con el objetivo de la grande purificación, y es sostenido por la omnipotencia de Dios! Por eso, obliga irresistiblemente cada criatura a vibrar en conjunto, armoniosamente, o a sucumbir en el tremendo dolor de lo más desmedido desespero, que, como consecuencia de la obstinada porfía, surge de la falta de esperanza, producida por el reconocimiento final de que se encuentra en el camino errado, sin posibilidad de retorno. Por ese motivo buscad os apropiar del saber de la Verdad, que os concede apoyo y conduce al blanco sin desvíos.

Que en mi Mensaje tenéis, realmente, la Palabra de la Verdad, podéis reconocer inmediatamente, si, vigilantes, miréis al vuestro alrededor, pues toda vuestra vida terrena de hasta ahora, así como el nuevo vivenciar de cada momento, tanto exterior como interiormente, se tornarán a vosotros completamente claros, apenas cuando los iluminéis y consideréis ante mi Mensaje.

¡Ninguna cuestión queda ahí sin solución para vosotros, una grande comprensión brota en vosotros para el actuar hasta ahora misterioso de leyes férreas en la Creación, que os conducen ante los efectos de vuestra voluntad, y, como coronación de vuestro esfuerzos, surge el maravilloso presentir de una sabiduría, de una omnipotencia, de un amor y justicia, que sólo pueden ser de Dios, cuya existencia así encontraréis!

Volvamos, sin embargo, a la Creación.

Al reino puro espiritual se liga, por lo tanto, a seguir, el reino espiritual. En eso, espiritual debe ser imaginado como una especie diferente del puro espiritual, no acaso como un resto más débil del puro espiritual.

También en el espiritual se originan, inmediatamente, sin transición de desenvolvimiento, tras transpuestos los limites necesarios para la posibilidad de formación del espiritual, en una distancia determinada de la Luz, espíritus de maduración completa, que deben ser denominados criados, para diferenciar de los primordialmente criados en el puro espiritual.

Los criados son, por lo tanto, los más fuertes y los más poderosos en el espiritual, como son los primordialmente criados en el puro espiritual, que ya antes pudo formarse.

Y como anteriormente, en el puro espiritual, así existe también en el espiritual una segunda división, que necesita de desenvolvimiento y donde, por eso, también se encuentran niños al lado de los que maduran ante desenvolvimiento. Las dos divisiones juntas forman la parte espiritual de la Creación.

A esa parte espiritual se liga además un grande circulo de muy determinada especie enteal, que circunda la parte material, la influenciando, la perfluyendo, la moviendo y trayendo así calentamiento y formación.

La parte material de la Creación tiene, por su parte, dos divisiones. La primera división, la materia fina, se forma inmediatamente bajo la influencia del enteal, pues que es fácil de penetrar. La segunda división, la materia gruesa, a causa de la densidad mayor, tiene antes que pasar por un proceso de desenvolvimiento con la ayuda de los enteales. Naturalmente también esas dos divisiones básicas se ramifican en muchas partes colaterales.

Cada división de las especies de la Creación se subdivide en muchos planes, de los cuales cada uno, por su parte, es tan multiforme, que, sólo, se parece a un grande mundo por si.

¡De ello, sin embargo, solamente os aclararé con exactitud aquello que se encuentra dentro de los límites de vuestro espíritu humano! Eso ya es tan grande, que vuestro espíritu tiene que moverse de modo especial, constantemente, sin interrupción, para comprender aquí en la Tierra solamente una parte de modo cierto. Pero esa parte os hace progresar tanto, que no os podéis perder fácilmente.

Solamente con el verdadero saber podéis aún salir penosamente del lodazal de la presunción del raciocinio, pues ahora no más os podéis tornar niños en espíritu. ¡Para que os entreguéis a una conducción elevada, despreocupadamente, confiando infantilmente, sin posiciones, os hace falta hoy todo, pues la actividad erradamente dirigida y exagerada de vuestro raciocinio terreno no más lo permite!

Luego os resta solamente el único camino hacia la salvación: ¡el camino del verdadero saber, que conduce desde la creencia hasta la convicción!

Y para que podéis seguir por él, os quiero ayudar con el Mensaje que di. ¡Esforzaos, sin embargo, en asimilar ese saber y mantenerlo vivo, de modo que nunca más podáis perderlo, pero si que siga con vosotros en todos vuestros caminos!

Y con eso se confirmará entonces el dicho que ya desde tiempos remotos permaneció vivo en la voz del pueblo:

“Mientras más el ser humano se torna capaz de penetrar en el verdadero saber, tanto más se le torna ahí reconocible el hecho de que en la realidad... ¡nada sabe!”

Dicho por otras palabras:

“¡El verdadero sabio se torna pequeño en si ante aquella grandiosidad, cuyos vestigios encuentra cuando se torna sabio! Es decir, él se torna humilde y pierde la presunción, que mantiene preso el espíritu humano; se torna libre y asciende.”

Buscad grabar en vosotros hoy lo que, además, ya dije en mis disertaciones, pero de lo que, según lo parece, no formasteis una imagen cierta, por lo menos no todos aún, que tras los primordialmente criados del reino puro espiritual no viene pronto en la gradación los criados, sino antes todavía los espíritus desenvueltos del puro espiritual constituyen, en la parte inferior del reino puro espiritual, un grande escalón intermediario.

Sólo entonces vienen los criados, como supremos en el reino espiritual, que no son puro espirituales, pero sí espirituales, como una especie completamente diferente, a los cuales entonces se ligan, por su parte, los espíritus desenvueltos.

Allá, sin embargo, todavía nos encontramos lejos, muy lejos de las materias, ante las cuales vibra el circulo de la especie singular de fuerzas enteales, de que sólo más tarde quiero hablar más pormenorizadamente, una vez que actúan ligados muy estrechamente con vosotros y sin cuyo auxilio no podríais permanecer en la materia en absoluto.

Sin esos auxilios sería también imposible vuestro desenvolvimiento. ¡Tendríais que permanecer gérmenes espirituales con el anhelo ardiente de que puedan tornarse concientes a través de la gracia de Dios, de lo Único, Todo-Poderoso!

Vosotros, sin embargo, agradecéis a los auxiliadores siempre listos, del circulo enteal alrededor de las materias, por su indispensable actuar, de modo desdeñoso, con la afirmación enferma de que ellos deben ser colocados en el reino de los cuentos y de las leyendas, porque obstruisteis vuestra facultad de verlos y oírlos.

¡Reísteis tantas veces de modo escarnecedor, cuando a ese respecto fue hablado, y siquiera presentisteis cómo vosotros propios os tornasteis ridículos y cómo tuvisteis que parecer repugnantes a los auxiliadores para vosotros tan necesarios!

En eso mucho tenéis que reparar y recuperar, a fin de componer nuevamente los escalones de la escalera hacia la ascensión del espíritu, que quebrasteis de modo liviano y presuntuoso. ¡Sin embargo, sin ellos no podréis acender! El pie del espíritu necesita de apoyo y no puede siquiera saltar uno de esos escalones.

En estas breves explanaciones siquiera mencioné la esfera de la inmediata irradiación de Dios, que en grandeza supera ampliamente todos los círculos de la Creación reunidos, y a la cual habíamos denominado esfera divina. Probablemente nunca más volveré a ese tema, pues que el ser humano se halla demasiado lejos de la misma, y así siempre permanecerá. Él necesitaba de mis descripciones de hasta ahora sobre ello solamente a fin de poder formar para si, por lo menos una vez, una imagen conjunta, partiendo del origen de todo el ser en dirección hacia bajo.

¡Aprended, seres humanos, pues el tiempo urge!

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