La palabra “enteal” es una expresión de la Creación. Es tan abarcadora, que el espíritu humano, como una partícula de la Creación, nunca podrá tener de ella un concepto cierto.
Como contrario de enteal, es mencionada la expresión “inenteal”. Lo que inenteal significa, mucho menos aún la criatura humana puede imaginar. Tendrá siempre una idea poco clara de eso, porque se trata de algo, que habrá que ser siempre un enigma para ella. Tampoco puede formar un concepto para eso, porque para el inenteal no existe ninguna forma en el sentido del espíritu humano.
Sin embargo, a fin de que os lleve por lo menos un poco más cerca de la comprensión, quiero una vez emplear, para expresiones referentes a la Creación, expresiones terrenas, aunque éstas puedan significar solamente una diminuta sombra en relación a la realidad.
¡Como enteal, pensad lo que es dependiente, y, como inenteal, lo único independiente!
Esto os dará, pensado de manera humana, la mejor posibilidad de que os acerquéis objetivamente, aunque tampoco pueda transmitir o designar lo qué realmente es, o cómo es, pues ese “lo qué” nunca podríais comprender, mientras podréis hacer, de esa manera, por lo menos una imagen aproximada sobre lo “cómo”.
¡El inenteal es, por lo tanto, el único independiente, mientras todo lo demás depende de él en todos los aspectos y, por eso, es nombrado enteal, al cual pertenece también todo el espiritual y de la misma forma todo lo divino, mientras el inenteal es solamente Dios!
Ved, por lo tanto, que entre el divino y Dios hay además una gran diferencia. El divino todavía no es Dios; pues el divino es enteal, Dios, sin embargo, inenteal. El divino es dependiente de Dios, no puede existir sin Dios. Dios, sin embargo, es realmente independiente, si queramos utilizar expresiones terrenas para eso, las cuales naturalmente no pueden dar a entender aquello, que realmente es, visto que conceptos terrenos o humanos no alcanzan abarcar tamaña grandeza.
¡Dios, por lo tanto, no es divino, poned atención bien en eso, pero Dios es Dios, visto que Él es inenteal, y el inenteal no es divino, pero, sí Dios!
Cristo Jesús dijo antaño con palabras sencillas:
“¡Yo y el Padre somos uno!”
Por lo tanto, él no era divino, lo que significaría enteal, pero él era Hijo de Dios, venido desde el Inenteal.
La expresión “lo divino” en relación a él, por lo tanto, está errada, si vosotros seres humanos queráis considerarlo bien. Divinos son los arcángeles y los ancianos en el divino. ¡Jesús, sin embargo, era y es Hijo de Dios!
En eso reside un hecho simple, inalterable, por él haber venido desde el inenteal, por lo tanto, del propio Dios, y no de la irradiación inmediata de Dios, que es enteal, y que es nombrada de divina.
El núcleo del Hijo de Dios es una parte del propio inenteal. Como podéis ver, el sacrificio, que Dios-Padre ofreció a toda la humanidad es, por lo tanto, mucho mayor, y el crimen de esa humanidad y lo de Lucifer es además mucho más monstruoso, los cuales emprendieron una lucha de la más baja especie contra Dios, de lo cual ellos todos, sin excepción, tienen que permanecer totalmente dependientes.
¡La consecuencia de la sagrada ira vendrá sobre los blasfemos con toda la fuerza, que no deberá ser amenizada!
Vosotros, sin embargo, a quienes fue permitido conocer mi Palabra, que proviene del inenteal, podéis reconocer en eso ahora toda la grandeza de vuestra misión, como también el alcance de toda la gracia, que, con eso, os es concedida.